Si últimamente notas más cabello en la almohada o al bañarte, no entres en pánico: podrías estar experimentando efluvio telógeno. Este tipo de caída capilar es una respuesta del cuerpo a factores como estrés, cambios hormonales, postparto, deficiencias nutricionales o incluso enfermedades virales. En mi consulta, veo muchos casos de pacientes preocupados por la repentina pérdida de densidad capilar, y lo primero que les explico es que, aunque puede ser alarmante, en la mayoría de los casos es reversible.
El efluvio telógeno ocurre cuando el ciclo de crecimiento del cabello se altera y más folículos de lo normal entran en fase de caída al mismo tiempo. A diferencia de la alopecia androgenética, que es progresiva y suele tener un componente genético, el efluvio telógeno suele resolverse en unos meses si se trata correctamente.
Para abordar este problema, es clave identificar la causa y tratarla de raíz. En nuestra clínica utilizamos protocolos como mesoterapia capilar, suplementos específicos, terapia con láser de baja intensidad y bioestimulación con plasma rico en plaquetas para acelerar la recuperación. Además, un diagnóstico temprano ayuda a evitar que la caída se prolongue y a recuperar la densidad capilar más rápido. Si estás atravesando por este problema, no dudes en buscar asesoría profesional para frenar la caída y fortalecer tu cabello.